Notas con Bienestar

La palabra “transpersonal” significa: más allá de lo personal. En la psicología humanista, fue Abraham Maslow, entre otros psicólogos, uno de los que impulsó el desarrollo y la orientación de la terapia transpersonal en bien de la salud de las personas. Asimismo, Stanislav Grof, es considerado uno de los primeros forjadores de la psicología transpersonal , por lo tanto, postuló una serie de principios y herramientas usados en la terapia.  Para Maslow y Grof, la terapia transpersonal integra diferentes postulados que, cada uno, logró desarrollar e impulsar para lograr el bienestar de las personas. Entonces, si deseamos dar un concepto a la terapia transpersonal, podemos decir: “la fusión de la psicología tradicional con los conocimientos filosóficos y espirituales de la humanidad” . Le sumamos a esta primera idea también, que la terapia transpersonal nos encamina hacia la comprensión completa de uno mismo , que involucra aspectos de nuestro ser como: espiritual, social, intelectual,

La mayoría de personas puede darle diferentes significados al hecho de “tener propósitos en la vida” , pero existe una idea común de las personas sobre los propósitos. Estos nos refieren a tener metas y no sólo pensarlas, sino planificarlas para hacerlas realidad. Precisamente, del proceso para encaminar nuestros propósitos, nos habla la psicología positiva, además de considerar la existencia de la relación entre los propósitos de vida con la salud.  Cuando nos proponemos metas en nuestra vida, éstas funcionan similar a un “faro” o “luz” que nos guían hacia la realización de lo que anhelamos y hacen que nuestra existencia encuentre un sentido, una inspiración, una ilusión. Por eso, la psicología positiva plantea la importancia de tener propósitos o metas , ya que sin éstas, podemos ser presas fáciles del desánimo, del pesimismo, que podría afectar la salud mental. Rodríguez (2005) indica: “Si uno tiene claro cuál es su papel en el mundo, muy relacionado con el sentido que da a

La inteligencia emocional está formada por cuatro componentes, según los estudios hechos por los investigadores Wong y Law, creadores de una escala que mide precisamente la inteligencia emocional (WLEIS). Estos cuatro ingredientes son: 1. Valoración y expresión de las emociones propias. 2. Valoración y reconocimiento de las emociones en otros. 3. Regulación de las propias emociones. 4. Uso de las emociones. Cada uno de éstos se relacionan entre si , provocando que la persona pueda afrontar de distintas maneras, las diversas situaciones diarias y esto precisamente puede determinar que tenga una actitud positiva o negativa cuando se desempeña en cualquier actividad. Es por eso que, el primer componente denominado "valoración y expresión de las emociones propias" o "autoconciencia emocional" es sumamente importante, porque a través de ésta una persona tendrá que desarrollar la habilidad para identificar cuáles son las emociones que está sintiendo y los pen

En estos tiempos donde todo ocurre de inmediato, la gimnasia mental , nos puede salvar del estrés . Esta práctica consiste en entrenar nuestra mente para que esté en calma y tan sólo nos tomará de 10 a 20 minutos al día. Lo principal es concentrarnos en nuestra forma de respirar , inhalando y exhalando de tal forma que, poco a poco, vayamos sintiendo como nuestro cuerpo deja de estar tenso. Luego, aplicaremos la técnica de relajación progresiva . Dicha técnica descrita por el médico Edmund Jacobson en los años 30, se inicia con la respiración , en el momento de inhalar iremos contrayendo cada parte de nuestro cuerpo en forma progresiva y ordenada, así pues, al contraer los pies, durante 8 segundos aproximadamente, después exhalaremos liberando toda tensión de dicha zona, dejaremos pasar unos segundos y retomaremos la práctica continuando con las demás partes de nuestro cuerpo hasta llegar a la cara y cabeza. Estos ejercicios pueden hacerse estando sentando o echado, a comodidad

“La fe mueve montañas” . Todos hemos escuchado esta frase desde tiempos inmemoriales y en muchas ocasiones la palabra llegó a concretarse cuando hemos visto ocurrir algo que sería imposible. Nuestra naturaleza, sabia como siempre, tiende a encontrar algo a lo cual aferrarse, algo en que creer y lo hacemos como una elección personal a lo largo de nuestra vida. Tener fe en la actualidad dentro de una sociedad que pone más énfasis en el poder adquisitivo, puede resultar una paradoja. Los esfuerzos y sacrificios por conseguir un estatus en el desenvolvimiento académico y profesional, es una tarea que persigue toda persona, pero camino a ello, muchas veces nos olvidamos de la parte humana, espiritual y transpersonal, obviamos la importancia de cultivar una estabilidad emocional que nos ayude a sobrellevar mucho mejor los conflictos y desavenencias que nos toca vivir. Las oraciones, peticiones, cantos e interpretación de lecturas bíblicas son alimento para el espíritu, pero el acto de ir

El apego hace referencia a una necesidad insana de dependencia, en forma exclusiva, de algo o alguien. A lo largo de nuestra vida, cada uno de nosotros, nos hemos convertido en sobrevivientes de apegos sanos e insanos. Por ejemplo, durante nuestra infancia necesitamos las atenciones de los padres para conducirnos en la vida y fuimos aprendiendo a desprendernos de ellos con el paso de los años. Pero, existen otros apegos destructivos que nos vuelven dependientes. Aunque es normal sentir necesidad hacia un objeto o una persona, lo preocupante y dañino es que esa necesidad nos transforme y nos impida disfrutar de aquel objeto o persona de forma sana, pues empezamos a percibirlo como "algo" sin lo cual no podemos vivir. Ejemplos de apegos dañinos pueden referirse a dependencias sentimentales, a la tecnología o incluso a estilos de pensamientos. El autocontrol que es producto de la mente conciente desaparece porque se concede todo poder y autoridad al elemento de nuestro apego.

El camino del amor es un constante aprendizaje , una vía en la cual nos reciclamos continuamente. Sin protesta alguna, el amor es y será la fuerza que mueve al mundo, el motor que nos impulsa a la vida. De todos los amores que experimentamos, el amor de padres a hijos es único y eterno, no pasa de moda, es incondicional. Y en nuestra interminable evolución personal , también conoceremos un amor producto de la ilusión y el romance entre dos personas. El sueño imprescindible de una vida en común con el ser amado se va convirtiendo con el paso de los años, en una idea recurrente para sentirnos plenos emocionalmente. Menuda pretensión por nuestra parte, pero aquí nace el dicho:  "para que alguien te ame... ámate tú primero". Difícil tarea de explicar. ¿Cómo hacemos para amarnos a nosotros mismos? Y es que cada uno tiene formas distintas de hacerlo, nos demos cuenta o no. Uno de los pasos para amarse es aceptarse de forma natural y sin críticas o sarcasmos por cómo somos en re

A lo largo de la vida, nos ha sido más fácil, aceptar con alegría y orgullo nuestros avances , las metas cumplidas o nuestros logros, etc. Si algo que emprendemos, sea en la vida profesional o personal, va tomando forma y sentimos que ese es el camino a seguir, somos realmente felices y la expectativa por los resultados, nos hace aumentar la lucha por aquello que anhelamos se concrete. Pero, ¿qué pasa si aquello no resulta cómo lo habíamos imaginado? , ¿si hemos invertido, no sólo un capital, sino nuestros sentimientos en ello?, ¿nos es fácil aceptar que hemos perdido? Claro que no es fácil aceptar un fracaso, una derrota, un no. Y tampoco es fácil resurgir después de una experiencia en la que, sobre todo, la inversión efectuada está vinculada al sentimiento del amor. Un fracaso en una relación sentimental puede atraparnos demasiado en pensamientos tristes y desolados, que ese daño, esa herida que sentimos, puede asemejarse a un dolor físico debido a su intensidad y temporalidad e