Cinco consejos para aprender a perder en el amor


A lo largo de la vida, nos ha sido más fácil, aceptar con alegría y orgullo nuestros avances, las metas cumplidas o nuestros logros, etc. Si algo que emprendemos, sea en la vida profesional o personal, va tomando forma y sentimos que ese es el camino a seguir, somos realmente felices y la expectativa por los resultados, nos hace aumentar la lucha por aquello que anhelamos se concrete. Pero, ¿qué pasa si aquello no resulta cómo lo habíamos imaginado?, ¿si hemos invertido, no sólo un capital, sino nuestros sentimientos en ello?, ¿nos es fácil aceptar que hemos perdido?
Claro que no es fácil aceptar un fracaso, una derrota, un no. Y tampoco es fácil resurgir después de una experiencia en la que, sobre todo, la inversión efectuada está vinculada al sentimiento del amor. Un fracaso en una relación sentimental puede atraparnos demasiado en pensamientos tristes y desolados, que ese daño, esa herida que sentimos, puede asemejarse a un dolor físico debido a su intensidad y temporalidad en la curación. ¿Qué se puede hacer bajo este panorama?
Se puede hacer mucho, porque esa experiencia ocurre para mostrarte que aún necesitas aprender algo más para un presente próximo.
Primero: debes respetar mucho la historia que has vivido con una persona, que aún merece tu respeto en todo aspecto, a pesar de los errores en los que pudo caer.
Segundo: no creas que la historia entre ustedes es una película que debe ser contada a todos, con lujos de detalles, porque necesitas desahogarte. Mas bien, esa historia debe permanecer guardada, protegida, porque fue única y nada de lo que ocurrió hasta el final de la misma, cambiará si la divulgas, la expones, la cuentas sin reparo.
Tercero: vive tu dolor, tu sufrimiento, tu frustración a tu manera pero sin dañarte ni dañar a terceros. Esta parte suele ser agobiante, pues nuestra constitución cerebral estuvo acostumbrada a una forma de vida en común con alguien y le va llevar tiempo darse cuenta que ya no es así. Aquí puedes recurrir a una terapia transpersonal o hacer actividades que desenfoquen tu mente del problema, entre algunas podemos mencionar: leer algún libro, dibujar o pintar, ir a clases de yoga, salir a caminar, aprender algo nuevo, cuidar de una mascota.
Cuarto: el dolor pasará si estás dispuesto a vivir su proceso y sin presiones por el tiempo. Cada persona merece un espacio privado para vivir y soltar sus propias penas y sufrimientos, no por ello te calificarás de débil o inmaduro, porque es lo que necesitas para superar la crisis del final de una relación, si te saltas este paso, no habrás aprendido a gestionar de manera positiva ese fracaso.
Por último, aprender a perder debe ser visto como una experiencia para hacernos fuertes y reconocer cuáles son las fortalezas que tenemos en nuestra vida, qué cosas podemos mejorar o cuáles son los recursos que usaremos para salir de un momento difícil. ¡Tú puedes! 

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